Volver al Sur

Leonardo Ramos Rojas

Ingeniería Eléctrica

Nací como ballena en el Norte, después de que mi padre y mi madre danzaran durante meses compartiendo su amor, jugando a conocerse y cantándole al mar cuánto se querían. Tuve una crianza tradicional hasta mi adolescencia, la cual se acabó abruptamente cuando vi a mi padre sumergirse para no volver y, como es natural, me despedí tiernamente de mi madre para luego echarme a nadar y conocerme.

Al tiempo descubrí que me agrada dejarme llevar por el mar, estar un tiempo flotando con dirección a aguas más tibias y comer un banquete para disfrutar el viaje. Lamentablemente es difícil que estos días ocurran e intuyo que cada minuto que pase será aún peor. Mi padre decía que antes la vida era sencilla: nacías ballena, nadabas hacia el Sur, comías hasta reventar y volvías a amar. Para mí no es así, nací ballena, pero ya no es tan simple como nadar al Sur. A mitad de camino el agua, que antes era helada, tierna y abundante en peces, ahora tiene corrientes turbulentas, temperaturas altas y menos comida en el camino. Lo peor es que ya ni caso tiene esta vuelta incesante que describió mi viejo. Lo que para él era simpleza, para mí es el castigo de estar atrapado y solo sobreviviendo.

Quizás tú no lo sepas, pero te pareces más a mí de lo que crees: somos mamíferos, necesitamos respirar y vivimos la misma rutina de despertarse, respirar, empezar a moverse, no llegar a ninguna parte, volver y dormir. Existe sí una diferencia, yo salgo a respirar y me dedico a nadar, a nadar en lo profundo de los océanos que me muestran su belleza cada vez que deseo arriesgarme, llegar a lo más hondo y tratar de que el aire que aún contengo en mis pulmones me alcance para subir, respirar nuevamente y dejar que al final de este ciclo, en donde casi muero, tú me veas, sepas que existo y tengas una foto conmigo. Es más, la próxima vez que vuelva al Sur romperé esta rueda en la que giro, este ir y venir con rumbo, pero sin sentido, se acaba en diciembre, e igual como lo haces cuando salgo desesperado a respirar, podrás filmar y sacar fotos a la enorme ballena que decidió salir a tomar el sol en la playa para nunca más volver.