Conceptos básicos de convivencia social, felicidad, amor y bienestar, se vieron reflejados en este hermoso mural, gracias a la interpretación artística que los niños y niñas le dieron durante las jornadas de creación y de realización final de esta colorida apuesta artística.

El proyecto que se desarrolló en las dependencias de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Quilpué, fue coordinado por la Unidad de Participación de la Sub-dirección de Gestión del Usuario del recinto hospitalario, quien invitó al Centro Cultural Roberto Matta a participar en esta apuesta artística.

Durante dos días de taller, los niños y niñas dieron vida a decenas de dibujos que reflejaban sus historias de vida, sus anhelos de bienestar y felicidad y que se convirtieron en la materia prima del boceto definitivo. Finalmente en una tercera jornada de creación, todos los actores participantes llenaron de alegres colores los muros de la Unidad de Salud Mental.

UNIDAD INSERTA EN LA COMUNIDAD

“Estamos felices porque este proyecto forma parte de la tarea de transformar al hospital en parte de la comunidad. El trabajo del Centro Cultural Roberto Matta fue un tremendo aporte porque permitió a los funcionarios y los pacientes, a los mismos niños, co-crear este mural que al final lo que hace es hermosear la unidad, permitir a los pacientes tener una unidad que no es tan ajena porque quedó un pedacito de ellos acá y a nosotros como unidad hospitalaria avanzar hacia una Unidad de Salud Mental que se vuelve cada vez más amigable e inserta dentro de la comunidad” comentó el Director del Hospital de Quilpué, Alejandro Alarcón Landerretche.

Por su parte, el jefe de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Quilpué, Dr. Hugo Ortega Gómez, resaltó el aprendizaje que como equipo de salud se logró con la realización del proyecto durante todo su proceso creativo. “Nos generó la posibilidad de una participación de distintos actores de la comunidad en una transmisión de conocimientos, especialmente para nosotros como equipo clínico que habitualmente estamos acostumbrados a usar nuestros conocimientos para atender y ayudar a las personas, en este caso pudimos recibir nuevas formas de conocer, nuevas formas de saber”, expresó.

Así también, la usuaria Ana Aguilera González, madre de una de las pacientes, expresó su satisfacción por la experiencia vivida. “Me toco vivir un año malo con mi hija, y llegó esta oportunidad de participar en esta actividad. Lo que más necesita mi hija es compartir con otros niños y hacer cosas en común. Fue súper entretenido y más que los dibujos en sí fue como los niños contaban sus problemas, como se abrieron, y empezaron a contar sus historias de vida y eso quedó plasmado en los mismos dibujos”.