Cuando le pregunto a mis estudiantes dónde trabajaremos hoy, todos sin dudarlo mencionan el taller de artes. Es que les gusta el lugar, quizás más que la infraestructura, les gusta trabajar siendo libres, ocupando los materiales con responsabilidad y cuidado, trabajando en el suelo, en las mesas u ocupando los atriles, escuchando música y a veces bailando. Hay momentos de inspiración, de creación, de curiosidad. Acá enseñamos valores, saber compartir, escuchar y opinar, quizás no formamos artistas, pero sí unas buenas personas y creo que a través del arte se da mucho más fácil.