Cecrea Vallenar dio vida a “Murales de Recados”: arte, territorio y comunidad escolar desde la voz de niñas, niños y jóvenes

Con creatividad, reflexión y colaboración, el Cecrea de Vallenar celebró su hito regional de la Semana de la Educación Artística (SEA) el pasado 16 de mayo, con la experiencia “Murales de Recados”, una iniciativa que permitió a niñas, niños y jóvenes (NNJ) de la comuna construir mensajes artísticos dirigidos a su entorno escolar y territorial.

Este proyecto formó parte de la curaduría nacional “Territorio de Recados”, inspirada en la figura de Gabriela Mistral y desarrollada en cinco regiones del país, incluyendo las ciudades de Coquimbo, Vallenar, La Ligua, Valdivia y Castro. En Vallenar, la propuesta se centró en la creación de tres murales colaborativos, diseñados y ejecutados por tres grupos focalizados de NNJ que trabajaron en torno a la noción de territorio, identidad y convivencia.

Un proceso creativo desde el arte y la reflexión

Durante varias sesiones previas al hito, los y las participantes exploraron sus ideas sobre el territorio, comenzando desde lo más íntimo, el cuerpo, hasta llegar a su entorno inmediato: la escuela y la comunidad. A través de conversaciones, ejercicios de expresión y creación visual, cada grupo formuló sus “recados”, es decir, mensajes que deseaban transmitir colectivamente.

Estos mensajes fueron plasmados en murales hechos con técnicas mixtas que combinaron pintura, texto, elementos tridimensionales y artefactos que permiten la interacción con la comunidad, en un gesto simbólico que abre la posibilidad de que los recados puedan ser respondidos.

Así mismo, Inti Carrizo, director del Cecrea Vallenar y responsable de la gestión del proyecto a nivel local, enfatizó: “La oportunidad de conectar y convocar a niños, niñas y jóvenes de los dos extremos de nuestra Provincia en nuestro Centro de Creación, desde las comunidades rurales de la Alta Cordillera, a las escuelas de nuestro valle y hasta la desembocadura del Río Huasco, nos recuerda la enorme responsabilidad que tenemos quienes trabajamos en la Educación Artística: poder dar, a través de un recado, una voz propia, libre y genuina a nuestros ciudadanos y ciudadanas más pequeñas, en un tiempo donde tenerla se hace extremadamente urgente».

Víctor Taborga, artista y facilitador responsable de la experiencia, comentó: «Esta actividad los hizo reflexionar sobre lo que significa la palabra territorio, abordándola desde su cuerpo y su entorno. Reconocieron que la escuela cumple un rol fundamental. La jornada les entregó seguridad, confianza y actitud, tanto en lo personal como al expresarse a través del arte».

El hito: una jornada de encuentro, arte y celebración

El día del hito, los tres grupos se reunieron en Cecrea Vallenar para una jornada final donde compartieron sus procesos creativos y construyeron, a partir de sus trabajos anteriores, un gran mural fotográfico colectivo.

La actividad comenzó con una dinámica en la que los NNJ intervinieron retratos y fotografías de sus propias jornadas artísticas con frases, dibujos y collages, reinterpretando así sus propios mensajes desde nuevas miradas.

Luego, la jornada se transformó en una verdadera fiesta cultural:
● Se presentó un grupo sonoro formado por niños, niñas y jóvenes que interpretó una
pieza musical original creada junto a facilitadores.
● Hubo una muestra de danzas andinas y pasos de cueca, protagonizadas por los propios participantes.
● Finalmente, todos compartieron un coctel comunitario, cerrando el proceso con alegría, sentido de logro y pertenencia.

En palabras de Taborga: «La jornada fue muy significativa. Hubo arte, expresión, música, danza, conversación… y también alegría. Los niños se fueron contentos, con ganas de seguir participando y creando».

Murales que hablan, que preguntan y que invitan a responder

“Murales de Recados” fue una invitación a escuchar lo que niñas, niños y jóvenes tienen que decir sobre su mundo. A través de una experiencia artística y colectiva, los y las participantes de Vallenar dieron forma a un territorio simbólico, donde el arte se convierte en medio de expresión, herramienta de reflexión y vehículo de afecto.

Este hito no solo mostró lo que ellos ven y sienten, sino que también abrió la posibilidad de diálogo con su comunidad, construyendo un puente entre generaciones, saberes y territorios.